martes, agosto 01, 2006

 

La verdad es como una nube... o bien podría no serlo


La duda está instalada. Nos movemos en un extraño tiempo en que la incertidumbre parece ser el sino de la época. Esto parece no ser una novedad, pues sobre esto se viene escribiendo hace rato. Sin embargo, el asunto no sería tan grave, si tan solo se tratase de la relativizada verdad. El caso es que cuando no hay verdad, o no es posible saber quién la dice, dónde está, o peor aún, cómo encontrarla, las cosas que causan diferencias buscan otras formas de resolver quién gana y quién pierde. Es ahí cuando se devela la real base de toda relación humana... la fuerza. La fuerza, como soporte de la voluntad de poder, se transforma en un inestable sistema de resolución de conflictos.

Occidente le apostó a la razón como mecanismo regulador de las relaciones sociales, como base de conocimiento pasó luego a convertirse en la base misma de la realidad. Despojados posteriormente de tal herramienta, es la fuerza, bruta o sofisticada la que hoy regula el intercambio. Lo vemos y sentimos a diario en el mercado, la política, la calle, etc. La fuerza, o la violencia encubierta de la hipocrecía de la razón práctica o tecnocrática, se instala como un dispositivo de solución de problemas específicos, que se articula desde los estratos del poder para precisamente no resolver sino para preservar... ¿qué cosa? el poder mismo adquirido previamente.

La política, el segundo invento del hombre después del lenguaje, o al sería revés? la pregunta no tiene como proposito determinar qué fue primero, sino establecer que el lenguaje de la política es el ejercicio mismo del lenguaje en tanto acto de poder. No olvidemos que el lenguaje es un acto de dominio sobre el entorno, nombrar cosas, clasificarlas es una manera de someterlas y controlarlas... frente a lo desconocido, lo primero es poner un nombre.

Lenguaje, política y poder, trinidad de contrucción de verdades, y derribo de las mismas. Es raro hablar de verdades, en tanto la Verdad sólo tiene sentido como algo único y universal, es absurdo hablar de 'verdades', contradictorio... y sin embargo ya está instalado que sólo disponemos de eso, verdades, o debemos decir opiniones? puntos de vista?, gustos?... sólo afectos como decía Federico? Construimos verdades, pero no basta, necesitamos defenderlas.. o peor aún, destruir a las otras para conservar la nuestra. Una batalla sin igual, en lo cotidiano, en el mundo, en la vida.

Lenguaje, política y poder... o digamos sólo Política, así, con mayuscula, el origen y el fin de todo. La batalla ya comenzó, la suerte está echada... los contendientes que muestren sus armas y movimientos... y que gane el... el que gane.

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